Columna de opinión de nuestro Decano, Prof. Arturo Squella

Una nueva forma de hacer docencia, una nueva burocracia universitaria

"El país y la humanidad se encuentran enfrentando una grave crisis sanitaria, requiriendo de las instituciones la adopción de medidas que involucran tener la plasticidad intelectual para reaccionar oportunamente a esta catástrofe, sin paralizar radicalmente la función que les asiste", señala en la siguiente columna Arturo Squella, decano de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, sobre los nuevos desafíos que corren para la docencia en este contexto de pandemia.

En tiempos donde la pandemia por Covid19 apremia nuestras vidas, genera episodios de profundo estrés y existe un ambiente lleno de incertezas, sabemos bien que en algún minuto la vida deberá retornar a la regularidad. Al volver a dicha supuesta normalidad, muchas cosas habremos aprendido e implementado para continuar en la medida de las posibilidades, nuestras vidas laborales.

Por cierto, la puesta en marcha de las adaptaciones para tener docencia universitaria a distancia, así como el trabajo remoto de diversas funciones administrativas, han exigido las plataformas de conexión necesarias, haciendo imposible negar las profundas diferencias que se revisan entre la vida presencial, de aquella intermediada por una conexión a internet. No obstante, autoridades, organismos contralores y auditores, académicos, personal de colaboración y estudiantes, han demostrado importantes dosis de adaptación a los cambios en un breve tiempo, con un sentido de cuerpo que releva la empatía y flexibilidad que debe existir en estos escenarios de crisis.

Ahora bien, al retornar, una serie de actividades que fueron transformadas deberán evaluarse para mantenerse en dicha modalidad. Lo expuesto, no solo por el esfuerzo de implementación en escenarios de excepcionalidad, sino que también porque la crisis de la pandemia nos ha obligado a modernizarnos, demostrando que sí se puede.

A nivel de docencia, si bien laboratorios, clínicas, talleres, trabajo en terreno y otras actividades requieren de la presencialidad, una real reforma curricular post COVID-19 debería revisar la flexibilización en el tránsito académico, estructurando modalidades para que los estudiantes asistan menos a los campus universitarios. De esta manera, el concentrar la docencia presencial y práctica ayudaría tanto a académicos, estudiantes y personal de colaboración, otorgándoles un bien tan preciado como escaso... tiempo.

Lo expuesto en el párrafo anterior, se une al evidente impacto en el medioambiente y aumento de la calidad de vida en general, que se asocia en asistir menos a los recintos universitarios. Sin duda, no solo será la comunidad universitaria la que agradecería ese tipo de decisiones, sino que también familiares, amigos, amigas y seres queridos.

Una modificación como la descrita, es un cambio de paradigma radical e importante, pero que exige un estudio acabado y pormenorizado. Es primordial asegurar que se entregarán las competencias declaradas en los planes y programas de estudios, así como que se lograrán los resultados de aprendizajes que se han manifestado. Todo, bajo los estándares de calidad que cada disciplina exige.

Vale decir, en el retorno se requiere estudio y adaptación, porque al menos la evidencia, nos demuestra la posibilidad de realizar la tradicional cátedra a distancia. Aquello por lo demás no implica en caso alguno evitar contacto; conllevarían sortear por ejemplo el doloroso espectáculo de ver salas vacías con docentes impartiendo clases a pocos interesados. 

Asimismo, permite que la reunión presencial sea menos frecuente, pero aumente en foco. Cada estudiante podrá ver una y mil veces las clases, tendrá más tiempo para comprender y realizar mejores preguntas. En este sentido, el sistema debería asegurar al menos la conexión de todos los interesados (en red y dispositivos) y el desarrollo de consulta sobre la cátedra en sesiones personalizadas entre docentes y estudiantes, sean éstas presenciales o remotas.

Todo lo señalado, nos invita a revisar una nueva forma de hacer burocracia universitaria. Existe un sinnúmero de posibilidades de trabajar a distancia, total o parcialmente, lo que será una tendencia que no se retirará post pandemia. Aquello, con una correcta implementación y focalizado en los grupos que puedan teletrabajar de manera permanente, será no solo un aumento de la calidad de vida personal y laboral, sino que además generará valor público.

En este orden de ideas es importante indicar que, para implementar este cambio vanguardista y totalmente factible, se requiere al menos de la voluntad de los organismos auditores y contralores, para no caer en el anacrónico control horario, por sobre el producto y su calidad. Asimismo, al igual que la docencia superior, en estos casos se hace necesario asegurar las condiciones del teletrabajador, tanto de conexión como de visibilización de sus responsabilidades familiares en el hogar.

Más allá del "shock" generado por la pandemia y el conjunto de posibilidades que se abren, realizar estudios serios y profundos para cambiar el paradigma de la docencia y la burocracia universitaria, no serán en vano. Es ahora cuando podemos romper verdades absolutas, aprovechar una crisis y mejorar en nuestro quehacer.

El país y la humanidad se encuentran enfrentando una grave crisis sanitaria, requiriendo de las instituciones la adopción de medidas que involucran tener la plasticidad intelectual para reaccionar oportunamente a esta catástrofe, sin paralizar radicalmente la función que les asiste. Por tanto, debemos tener la grandeza para superar los imponderables de la naturaleza, con la fuerza que proyecta el conocimiento científico.

No me cabe duda que más temprano que tarde, profesionales egresados de nuestras aulas, con clases a distancia, estarán participando en la fabricación, dispendio, investigación de fármacos, vacunas o decisiones de política pública, que liberen al país y a la humanidad de futuros flagelos.

Arturo Squella, decano de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas.

Martes 21 de abril de 2020

Link a la noticia: https://www.uchile.cl/noticias/162687/una-nueva-forma-de-hacer-docencia-una-nueva-burocracia-universitaria

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